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Desde hace tiempo Agile está en la estrategia de toda organización que quiera seguir compitiendo en el entorno cambiante que se produce en la sociedad actual. Grandes clientes de cualquier sector, y por supuesto el financiero, utilizan expresiones como “Agile or die”, “Necesitamos agilizarnos para competir con los nuevos players del mercado financiero”, “Nos centramos en el cliente o perderemos cuota de mercado” y otras muchas expresiones relacionadas directamente con un entorno agile.

La implantación de la agilidad en cualquier entorno es un proceso con visión a medio-largo plazo. Puede parecer contradictorio que agilizar algo sea lento y al mismo tiempo no debemos olvidar que no se trata simplemente de implantar una serie de procesos, hablamos de una transformación que implica la forma de pensar de la organización, tocando dos pilares básicos: relación con clientes y con tus propios empleados.

Agile es mucho más que un framework o que una metodología, es una forma de pensar, de hacer y de avanzar como organización. Si queremos dar una definición, agile es una cuestión de principios y valores que se implantarán en una organización. Las entidades financieras ya han iniciado el camino, ING lo arrancó hace ya muchos años siendo referencia en el sector, BBVA ha avanzado con mucha velocidad y el resto de entidades están todas subidas al carro de los valores asociados. Siempre han estado centrados en sus clientes, en lo que la entidad consideraba mejor para ellos. La diferencia es que ahora son los propios clientes quienes determinan cual es el valor que necesitan y este es un reto de escucha activa relevante.

La transformación agile de una entidad financiera tiene multitud de retos, algunos de los cuales pueden ser aplicados a cualquier otro sector. Como hemos indicado, cuando hablamos de agilidad hablamos de principios. No olvidemos un mantra muy importante, si tienes dudas de lo que estás haciendo verifica que cumples con los principios. Las entidades financieras deben generar su propio modelo de trabajo agile, no existe un estándar general, no existen unos pasos; lo que tiene que existir es un propósito, un motivo claro y no olvidar que son los cimientos de la transformación. Como dice Jose San Román (CIO de ING España) en una entrevista que le realizamos hace un tiempo, no olvidar nunca el por qué y este es un camino que no termina, es de mejora continua.

¿Qué principios agile son más relevantes para las entidades financieras? La pregunta en sí mismo es sencilla de contestar desde la perspectiva de BABEL; todos los principios son igual de relevantes porque implican el cambio en la organización para estar centrados en sus clientes. Al mismo tiempo, y partiendo de esta base, hay algunos que son prioritarios y que suponen un punto a tener en cuenta de cara a conseguir el éxito.
 
  • Trabajo iterativo e incremental: Es un cambio que implica madurez como organización, estamos acostumbrados a grandes proyectos en las entidades financieras, necesitamos hacer el patín que en algún momento se convierta en coche y al mismo tiempo en el camino, debemos escuchar la necesidad de los clientes, medir resultados y hacer los cambios que generen más valor.
  • Entrega continúa de valor al cliente: Muchas veces las grandes entidades no están preparadas para procesos de integración continua al nivel que se requieren o incluso sus arquitecturas no han evolucionado a la velocidad que necesita una cultura agile a nivel organizativo. DevOps y Agile son amigos inseparables si realmente queremos entregar valor de forma continua. Banking as a service, arquitecturas de microservicios, Cloud Banking, son conceptos que las entidades financieras deben interiorizar y poner en su roadmap. En este punto no hay que olvidar tener una estructura organizativa orientada al valor, con equipos no de sistemas, no de core, no de proyecto, sino con equipos de producto. Este es un cambio importante que cuesta mucho a nivel cultural, no hablamos de organización matricial, funcional o un mix, debemos pensar en organizaciones orientadas al valor.
  • Planificación progresiva: Basar el trabajo en grandes objetivos con métodos como los OKRs en un banco, parece a primera vista una utopía. Al mismo tiempo es básico y lo importante es no olvidar las dos partes, Objetives and Key Results; medir para aprender y mejorar de forma continua.
  • Optimización de flujos de trabajo: Los márgenes financieros están cada vez más ajustados. Trabajar con esta orientación es una de la partes que más debemos valorar de cara a apostar por el cambio, manteniendo siempre en mente que conseguimos aportar valor a nuestros clientes con mayor velocidad.
Ni mucho menos son estos todos los principios ni todos los que afectan a que una entidad financiera sea considerada con un nivel de madurez alto y este trabajando en modalidad agile. Hay otros como la calidad no es negociable, ritmo sostenible, mejora e innovación continua que implican un reto importante. Al final cada organización tiene su propia situación, momento de negocio y camino hacia el agile sin olvidar que esto es una cuestión de principios.

Otros aspectos para tener muy en cuenta y que desde nuestro punto de vista como BABEL marcan el éxito de una transformación en entidades financieras son los siguientes:
 
  • La transformación debe venir empujada por todos los niveles de la organización, de arriba abajo y de abajo arriba de forma constante y con espíritu de mejora continua.
  • Plantear como un procesos de mejora iterativa. La transformación debe ser un producto agile dentro de la organización.
  • Intentar medir lo mismo de la misma manera cuando hemos decidido transformar.
  • Escalar a toda la organización una vez hemos sido capaces de tener inicialmente equipos agile, maximizar las personas con cultura agile.
  • Es una inversión a medio-largo plazo, el camino está siempre vinculado a los principios y se conseguirán de esta forma los objetivos planteados.
  • La transformación parte de las personas, people first es innegociable, hay que provocar el cambio en ella y son las que producen el cambio.
Las entidades financieras lo tienen claro, las tradicionales, los nuevos players, los neobancos, las fintech, etc. En definitiva, todo el entorno bancario sabe que su foco está en el cliente, en cumplir con sus necesidades y probar cosas muy rápido para potenciar las que generan valor y descartar las que no tienen sentido. Un ejemplo es la constante evolución de los medios de pago, que en cada iteración que damos a la cadena de valor buscamos formas más sencillas de transaccionar, desde cualquier dispositivo que pueda usar el cliente y aplicando nuevas medidas de seguridad que protejan al usuario final.

Hay muchos otros retos en la transformación agile de una organización financiera. En BABEL consideramos que lo importante es partir de la base que tratamos con organizaciones maduras, que están up and running desde hace mucho tiempo. Esto no es baladí y se debe tener muy en cuenta porque no hay un proceso de transformación, no hay un camino o una serie de procesos, o escalado que apliquen a cualquier situación; hay tantos como organizaciones quieran adaptarse a un nuevo paradigma.

En BABEL acompañamos en este proceso con nuestra experiencia, desde el pragmatismo aplicado a los principios agile, el conocimiento financiero y la individualidad de cada organización. “Caminante no hay camino se hace camino al andar” de Antonio Machado como adelantado a su época, expresaba con claridad el camino de las entidades financieras respecto al agile, hay que caminar y aprender del camino, mejorar y poner foco en el cliente. Como BABEL caminamos con las organizaciones financieras en su transformación, aprendemos, mejoramos y pensamos en nuestros clientes y en los suyos como uno para conseguir que el camino sea el adecuado.

 
Felipe  Pérez
Felipe Pérez

Director del área de Personas de BABEL.

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