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A principios de la pandemia que tan duramente nos está castigando, se pidió a los consumidores que evitarán el pago en efectivo, utilizando si era posible el pago con tarjeta, transferencia o bizum. El resultado es que en los dos últimos meses, nos hemos manejado prácticamente sin dinero físico. Esto nos lleva a preguntarnos si realmente estamos cerca del fin del dinero físico o es sólo un efecto colateral y momentáneo provocado por el confinamiento.

Situación actual

Es innegable que ya existen países que han optado por el dinero digital. Es el caso de Suecia y otras regiones nórdicas, dónde podemos encontrar avisos de “no aceptamos dinero en efectivo” en muchos de sus comercios, lo cual choca enormemente con otros que podemos encontrar en comercios españoles, con el mensaje “no aceptamos pago con tarjeta de crédito” o “no se admiten pagos con tarjeta inferiores a diez euros”.
 
Se estima, por ejemplo, que en Suecia más de un tercio de la población ya no hace uso del dinero efectivo, representando este medio de pago solamente el 1% del valor de las transacciones.
 
Otro caso bastante relevante es el de China, donde la utilización de dinero efectivo o incluso de tarjetas de crédito puede convertirse en algo poco común por momentos, existiendo métodos de pago como AliPay o WeChat Wallet, los cuales están muy implantados en el país. Son más que habituales las compras de un café o de un simple paquete chicles en cualquier pequeño establecimiento a través del teléfono con un código QR. Estos ejemplos tan significativos no han causado hasta ahora problemas sociales o económicos de ningún tipo.
 
En lo que respecta a España, es más que evidente el aumento de plataformas como Bizum, Samsung Pay, Google Pay o Apple Pay como medios de pago en comercios o cadenas de restauración, incrementado el uso de estos por el confinamiento.
 
En el caso de Bizum, fuentes de la compañía indican que se ha triplicado su uso en el mes de abril respecto al mes anterior, en situaciones como la compra en supermercados y farmacias, en el pago de suscripciones compartidas, en plataformas como Netflix, o en la utilización de juegos grupales a través de la red. A cierre de 2019 existían alrededor de seis millones de usuarios de Bizum frente a los más de siete millones y medio a día de hoy, suponiendo este un incremento de más del 17% en tan sólo unos meses. Considerando que en España tenemos una economía sumergida que supone el 18,6% del PIB (según Visa Europe) y que el dinero digital es más fácil de fiscalizar, ¿realmente este cambio está cerca?
 
Existen otros casos más llamativos o innovadores, que a algunos nos habrían parecido ciencia ficción hace tan sólo unos años, como el de Amazon GO, proyecto en el que Amazon lleva trabajando varios años desde su primera apertura en Seattle en 2018. En esta tienda o showroom de tecnología, los clientes necesitan apenas una cuenta de Amazon, un teléfono con conexión a internet y una aplicación gratuita. Los clientes podrán acceder a la tienda con el teléfono a través de un dispositivo de escaneo y una vez en ella y a través de la tecnología Just Walk Out, una combinación de inteligencia artificial, visión artificial y datos extraídos de múltiples sensores, podrá ir adquiriendo sus artículos sin necesidad de realizar un pago en una caja registradora, recibiendo el cobro de forma automática al salir de la tienda.
 
En el ámbito nacional, existen mecanismos innovadores de pago como el de Sodexo, que está desarrollando en la ciudad de la entidad bancaria BBVA un sistema para pedir un café de modo que esté listo al llegar, pagando a través del reconocimiento facial. Otras financieras también en España están utilizando biometría para la identificación de sus clientes y obtención de préstamos online.
 
¿El uso del dinero virtual podría aumentar la brecha digital? Es lo que muchos expertos predicen. Sin embargo, hay ejemplos como el de Kenia, que dicen todo lo contrario. Mediante la creación de una aplicación de pagos oficial y sin la necesidad de utilización de Smartphones de última generación, se logró que el 60% de las transacciones se realicen de forma digital, con el considerable aumento de la productividad y disminución de los robos a particulares y negocios. Una brillante visión ya en el año 2007 (Fuente: N26-Magazine).

Una cosa está clara, no hace falta tener un terminal de última generación para ser digital.

¿Competidores o aliados de la banca tradicional?

Grandes corporaciones como Facebook están desarrollando su propia criptomoneda (libra) y otras están adquiriendo licencias bancarias en Lituania, Irlanda y Luxemburgo, Amazon o la propia Facebook. ¿Realmente representan una amenaza para la banca?

Recientemente en un encuentro de banca privada y fintech, donde participaban BBVA, Santander y Bankia, las criptomonedas en el ámbito de la banca privada se consideraban un producto que, al no estar regulado, tenía un riesgo que hacía disminuir su interés a la hora de ofrecérselo a sus clientes. Ahora bien, si en vez de hablar de criptomonedas hablamos de medios de pago digitales, creemos que si puede haber una buena relación como ocurre con las fintech.

¿Qué pueden aportar estas alianzas con gigantes de la comunicación al sector bancario? Mientras que Apple o Google se centran en el conocimiento del cliente a través de aplicaciones y datos, otras como Alibaba y Amazon están en búsqueda constante de la experiencia única para el cliente.

Es aquí, a la hora de cambiar un enfoque basado en el producto por otro que esté totalmente centrado en el usuario con nuevas formas de ofrecer servicios personalizados, donde toman fuerza la inteligencia artificial y los datos. A través del conocimiento de los clientes y de sus hábitos de consumo, crear ofertas a medida, mejorar el GoToMarket y huir de los portales que son un simple reflejo de los productos que puede llegar a ofrecer la entidad, estando muchos de ellos obsoletos o sin cambios importantes durante las últimas décadas.
Los servicios que ofrecen las entidades a través de sus webs y aplicaciones están evolucionando y desde hace años, es posible contratar servicios del ámbito asegurador.

Son conocidos acuerdos entre entidades aseguradoras y bancarias: BBVA y Allianz o Bankia y Mapfre. Incluso es posible obtener desde Amazon un pack de salud de Sanitas. Son ejemplos de cómo estos players se convierten en aliados y permitirán generar cada vez una oferta más personalizada y centralizada para el cliente.

En definitiva, parece que el dinero electrónico se va imponiendo poco a poco y sin duda, con la situación actual, nos hemos habituado más si cabe al uso de este. No obstante, aún queda mucho dinero físico en circulación, y por tanto, será difícil de eliminar debido al elevado porcentaje que aún supone la economía sumergida. Y en este escenario la entrada de grandes players como Amazon o Facebook, no serán un problema para las entidades, y sí grandes aliados.
Alfonso Izquierdo
Alfonso Izquierdo

Senior Manager en Babel.

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