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Nos enfrentamos a un desafío capaz de remodelar el mundo. Y ningún sector queda inmune de las decisiones que los gobiernos de los países toman para proteger a la población. Fronteras cerradas, trabajo en remoto, prohibiciones de viaje, comercios cerrados, calles vacías... La logística adquiere más importancia que nunca.
 
La pandemia ha redefinido cómo permanecemos conectados. Y, con una quinta parte del planeta aislada, ha resultado indispensable mantener el flujo de bienes para que los suministros críticos puedan llegar a donde se necesitan. La industria de la logística global se enfrenta a su mayor reto.
 
La covid-19 ha hecho que se incremente la importancia de las cadenas de suministro para dar respuesta en tiempo real, ya sea gestionando el aumento de la demanda minorista en línea o manteniendo la provisión de suministros médicos y productos frescos. La pandemia ha mostrado que la logística debe evolucionar para construir cadenas de suministro más resistentes. Todos dependemos de ellas para lograr la seguridad alimentaria, sanitaria y la estabilidad, pues su cometido es mantener a las personas seguras y las empresas operativas, mientras los clientes se adaptan a los nuevos desafíos.
 
La emergencia sanitaria creada por la epidemia del coronavirus ha acelerado la necesidad de invertir en tecnología, crear planes de contingencia y fomentar la colaboración entre actores para responder mejor a situaciones extraordinarias como la actual. Ante la crisis que ha provocado la pandemia en todos los sectores a nivel global, se hace evidente la importancia que ha tenido, y tendrá de cara al futuro, la tecnología y la colaboración a la hora de reorganizar los flujos logísticos.
 
Con los efectos provocados por el cambio en el consumo de los hogares por el confinamiento y las consiguientes ‘compras de pánico’, los operadores logísticos se han visto obligados a adaptar y flexibilizar sus cadenas de suministro y de transporte para mantener su negocio activo. Los principales retos a los que se han enfrentado las empresas del sector se deben a la falta de previsión de algo que era imposible prever. Para paliar la falta de información y previsión, el análisis de datos ha sido (y es) una herramienta fundamental para dibujar escenarios de simulación y reorganizar los flujos.
 
¿Y ahora qué? Después de la covid-19, otro factor imprescindible será la creación de plataformas colaborativas entre diferentes actores, como empresas, startups, inversores y emprendedores con el fin de compartir recursos y buscar soluciones a problemas comunes. Se hace necesario ir más allá de las colaboraciones al uso entre compañías del mismo sector, más allá de los clústeres, para que industrias que no tengan nada que ver la una con la otra puedan trabajar de forma conjunta para innovar en tecnología con diferentes aplicaciones y útiles para ambos. 
 
Si algo bueno en términos de negocio puede traer la covid-19 es que las compañías tienen que pasar a la acción ya, deben mejorar los modelos de gestión vigentes y eliminar procesos obsoletos e ineficientes. Por ejemplo, algo que será necesario y crucial: la trazabilidad de los productos será vital a la hora de colaborar entre empresas y mantener la distancia social. 
 
Es por todo lo comentado que el futuro de la logística depende de la capacidad para adaptarse a la nueva realidad, en la apuesta por la tecnología como palanca de cambio hacia la transformación digital, y en ser capaces de transformar amenazas en oportunidades y debilidades en fortalezas.  
 
 
Eduardo Díaz
Eduardo Díaz

Gerente en BABEL.

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