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En la época de la covid-19, ha quedado claro lo importante que es la digitalización para la sociedad. Trabajamos en línea, nos divertimos con Netflix, Spotify, juegos y libros electrónicos o hacemos pedidos de todo lo que necesitamos vía online.

La digitalización garantiza que la vida "normal" aún pueda continuar pese a nuestras limitaciones de movilidad. Sin embargo, un grupo se ve más afectado por la crisis de la covid-19, las personas mayores.

Aparte de que el virus afecta principalmente a este grupo, el distanciamiento social significa en muchos casos menor contacto con el mundo exterior e incluso aislamiento.

Más de tres millones de personas mayores (edad superior a 65 años) viven en España (Informe Olivenza 2019). Algo más del 90% de las personas de 75 años viven de forma independiente y más de la mitad de ellos viven solos.

Aunque la mayoría de las personas mayores tienen acceso a internet en casa, más de la mitad no se siente suficientemente competentes en términos digitales. Este grupo a menudo necesita ayuda de sus familiares, amigos o vecinos cuando quieren utilizar los servicios digitales.

La digitalización tiene mucho que ofrecer a las personas mayores por ejemplo, mantenerse en contacto con familiares y amigos mediante videollamadas, hacer que les envíen alimentos a través de una aplicación de supermercado, jugar en línea, hacer una videollamada a su médico o buscar información específica sobre la covid-19.

Se trata de un grupo objetivo grande y que comienzan a solicitar servicios en línea, aunque la mayoría de los servicios digitales están diseñados para usuarios más jóvenes.
 

¿Cómo tener en cuenta a los usuarios mayores?

Cuando piensa en el diseño para personas mayores, rápidamente se nos viene a la cabeza usar una fuente grande y aumentar el tamaño de los botones. Y sí, eso ayuda. Pero el diseño para personas mayores va mucho más allá. Afortunadamente, existen pautas para esto como las propuestas por Jakob Nielsen, uno de los consultores más conocidos en el campo de la facilidad de uso de los servicios digitales, que ha elaborado nada menos que 87 pautas para el diseño de UX para personas mayores después de una extensa investigación entre usuarios de 65 años o más.

Práctica

En primer lugar, es importante saber que conforme nos hacemos mayores se ve afectada la forma en que utilizamos los productos digitales. La investigación realizada por Nielsen Norman Group (2019) muestra que la visión, la destreza manual, la memoria y el procesamiento de la información en particular juegan un papel importante.

Vista

A medida que envejecemos, la visión disminuye gradualmente y se vuelve más difícil mirar de cerca. Es más difícil para las personas mayores adaptarse a las intensidades de luz o distinguir ciertos colores. También aumenta el riesgo de enfermedades oculares relacionada con la edad (cataratas, astigmatismo…) afectando a la hora de mirar una pantalla.

Además del tamaño de la fuente (los sitios web deben tener al menos 12 puntos y las versiones móvil al menos 16 puntos), un buen contraste del texto en relación con el fondo es muy importante para la legibilidad. Es fácil de comprobar si estamos utilizando un contraste óptimo con la herramienta gratuita Colour Contrast Analyser.

Elementos gráficos tales cómo iconos y símbolos

Debemos utilizar iconos claros y sencillos cuya finalidad sea ayudar a la comprensión del texto y no únicamente adornarlo. Debemos tener en cuenta que los usuarios mayores suelen utilizar la ampliación de pantalla o el zoom de la pantalla y al hacerlo no se debe perder información importante.

Destreza

Temblores o dolores en las articulaciones hacen que los dedos y los brazos se muevan con menos facilidad afectando a las habilidades motoras que precisan exactitud en los movimientos, lo que dificulta el funcionamiento de un dispositivo táctil o de menor tamaño.

Memoria

Las personas mayores pueden olvidar que ya han visitado una página o un enlace y volver a visitarlo, por ello debemos utilizar una estructura de navegación estándar (de uso común) que aparezca de forma coherente en todas las páginas de manera clara visible y facilite la interacción. Además, podemos utilizar cookies para mostrar al usuario dónde se encuentra y hacia dónde va.

A medida que se envejece, el procesamiento de la información se ralentiza por lo que recuperar información de la memoria requiere más esfuerzo. Como resultado, un usuario mayor tiene dificultades para tomar una decisión aumentando su tiempo de respuesta.

Es recomendable dividir los textos en párrafos cortos con títulos y descripciones claras, para permitir al usuario evaluar rápidamente si le resulta útil leer el texto.

Los enlaces deben llevar un nombre significativo, un ejemplo es el texto de WordPress "leer más", al que deberíamos añadirle "leer más sobre la aplicación coronavirus".

A la mayoría de los usuarios, y por lo tanto también a los usuarios mayores, no les gusta la información complicada. Unos buenos consejos son:

  • Párrafos cortos que sean fáciles de escanear con la mirada

  • Lenguaje simple y general

  • Oraciones cortas que sean fáciles de leer

  • Evitar palabras complicadas o jerga
     

Además de estas cuatro limitaciones que pueden surgir durante el envejecimiento, hay un quinto punto a considerar.

Falta de conocimiento

Las personas mayores a menudo no han crecido con internet, lo que para muchos usuarios jóvenes es fácil de entender, se puede convertir en un obstáculo para los usuarios mayores.

Un mensaje de error puede hacer que una persona mayor se detenga de inmediato. Un mensaje de error descriptivo que indique el motivo, el lugar y la solución al error, ayuda a las personas mayores a continuar con su acción.

Este grupo de usuarios están familiarizados con la terminología estándar, como la página de inicio y el navegador. Pero debemos tener cuidado con términos como "url" y "web" que pertenecen a un vocabulario más profesional.

La privacidad

Es una preocupación creciente entre las personas mayores que usan internet. Debemos permitir siempre que el usuario vea, comprenda y administre sus datos, solicitando únicamente la información que sea realmente necesaria y explicando por qué necesita determinada información.

Por último, es importante tener en cuenta que ninguna persona mayor es igual a otra, sus intereses y su condición mental y física varían según el individuo.

Por tanto, no debemos perfilar nuestro servicio o producto como “específico para mayores” como si fuera un grupo homogéneo, la idea es hacerlo accesible al mayor número de usuarios, ya que las personas mayores, como el resto usuarios en línea, eligen un producto o servicio si coincide con sus intereses o habilidades particulares.

Álvaro Domingo Zurdo
Álvaro Domingo Zurdo

Consultor UX en BABEL.

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