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La fusión empresarial es un fenómeno que se implementa en las empresas como estrategia para que las organizaciones crezcan, creen valor, eleven el nivel tecnológico de sus líneas de producto, logren una economía más eficaz, una mayor cobertura del mercado, diversificarse, mejorar la eficacia de la dirección, mejorar las estrategias de gestión de la empresa, una mayor innovación o compartir recursos. Siendo el objetivo último de las fusiones el crecimiento en el mercado global.

El anuncio de la fusión de dos grandes entidades bancarias que tiene como objetivo convertirse en el banco más grande de España, así como la posible tendencia de fusiones transfronterizas nos hizo plantearnos varias cuestiones. Preguntas que tuvimos la oportunidad de comentar con nuestra Directora de BABEL en Madrid, Carmen Castelló Berenguer.

Uno de los puntos fuertes que conlleva este tipo de fusiones es apoyar la recuperación económica aunque, por otro lado, el mercado tenderá a monopolizarse. Pero, pongamos las cartas sobre la mesa y centrémonos en las implicaciones que suponen este tipo de fusiones.

A nivel de competencia, por ejemplo. En opinión de Carmen, a pesar de que otras entidades bancarias mantienen que de momento no piensan fusionarse, no hay duda que para competir en la misma categoría es necesario tener músculo. Es decir, el resto de entidades de forma más o menos voluntaria, se verán arrastradas por este proceso en mayor o menor medida.

Infraestructuras, servicios y proveedores se ven directamente afectados por la duplicidad y con ello todo el equipo humano asociado a ellos y que los mantiene. El impacto no sólo se produce internamente en la nueva empresa, sino que también afecta a socios de negocio como es el caso de los acuerdos de bancaseguros.
Pero si hay algo realmente importante, según Carmen, es la gestión del cambio para conseguir con éxito la integración cultural cuando se producen fusiones de este tipo, ya que en ocasiones quedan en segundo plano la opinión e intereses de los trabajadores que pasan a formar parte de la nueva compañía y proceden de una cultura diferente.

La cultura define las reglas del juego, cada empresa es una realidad única y, por ende, difiere en estilo, forma de actuar y en su proyección tanto interna como externa. La cultura empresarial englobaría las normas aceptadas que se establecen, hábitos y creencias, valores compartidos, necesidades de los integrantes, políticas, actitudes, expectativas y costumbres. Los cambios organizacionales afectan, generalmente, a aspectos importantes en el talento humano como la satisfacción y el estrés laboral, las tasas de rotación, las intenciones de abandonar el trabajo, los resultados y las respuestas emocionales de los empleados. Evaluar y considerar ambas, para establecer un modelo en concordancia con la nueva estructura y estrategia de la empresa emergente, es el mejor camino para lograr un ambiente sano y armónico.

Las claves para que cualquier fusión sea un éxito, según Carmen, pasan por: fidelizar la cartera de clientes, no minorar la calidad en la ejecución de los servicios y cuidar siempre a las personas que forman parte de la empresa; así todo el proceso resultará enriquecido. Estos son los tres pilares que sustentan la cultura de BABEL y que han sido fundamentales para que su reciente integración con la Unidad de Servicios Profesionales de Software AG en España haya sido todo un éxito.

La etapa de adecuación de la cultura en la nueva empresa fusionada, integrando a los empleados en la visión de la organización es, por tanto, un elemento clave para que cualquier proceso de fusión empresarial sea fructífero.
 
 
 
Beatriz García
Beatriz García

Departamento de Administración de BABEL.

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