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La banca española ha sido tradicionalmente uno de los sectores punteros en innovación tecnológica. Abrir una cuenta a través de internet ya era posible a mediados de los años noventa ­-por delante de lo que ocurría en otros países-, y éste avance tecnológico no ha dejado de producirse.

En la actualidad y en plena era digital, los cambios tecnológicos se producen constantemente en todos los sectores, lo que está determinando un cambio del modelo de negocio. Y la banca no es una excepción: la fuerte irrupción de las Fintech, los modelos colaborativos, las criptodivisas y un cliente cada vez más digital marcan que la tecnología esté presente en cada proyecto que se pone en marcha.

Tres ejes destacados potencian esta tecnificación: los organismos reguladores, los sistemas de compensación y liquidación interbancarios y la oferta de nuevos servicios al cliente final.
 

Gestión de Riesgos, Prevención de Fraude y Compliance

La crisis económica de 2007-2009 ha incrementado la presión de los organismos regulatorios sobre el sector bancario, obligando a estos a renovar sus sistemas de backoffice, integrar plataformas de compliance que permitan cumplir rápidamente con los nuevos requerimientos y explorar nuevos sistemas analíticos capaces de procesar altos volúmenes de información.

Por el contrario, las compañías Fintech no sujetas a los mismos requerimientos, facilitan su competitividad, obligando a los bancos a buscar una mayor eficiencia en su gasto e inversión en tecnología. La optimización/automatización de procesos, el Big Data y los procesos cloud aportan grandes beneficios al negocio conteniendo costes recurrentes.
 

Criptodivisas como estándar transaccional de los mercados financieros

Grandes entidades financieras entre los que se encuentra el Banco Santander, los bancos UBS, BNY Mellon y Deutsche Bank, el operador de mercado ICAP y la startup Clearmatics desarrollador de tecnología Blockchain, están trabajando en un prototipo de moneda virtual que podrá ser utilizado por los bancos e instituciones financieras como base para resolver las principales transacciones de los mercados financieros.

El proyecto 'Utility Settlement Coin' (USC), con el objetivo de su primer lanzamiento comercial a principios de 2018, busca crear una “moneda”, el USC, que existe en un único registro contable distribuido que compartan un gran número de entidades financieras, razón por la que es tan seguro, y representa digitalmente dinero respaldado por un activo real.

Un registro distribuido resistente a la sincronización que solo puede ser actualizado a partir del consenso de la mayoría de participantes del sistema y, una vez introducida, la información nunca puede ser borrada. De esta manera, un USC es convertible en paridad con un depósito en su correspondiente divisa, es decir, que se puede intercambiar entre entidades agilizando los actuales procesos de liquidación y compensación.

 
Nuevos servicios para nuevos clientes

Los usuarios hemos cambiado la forma en la que nos comunicamos con nuestro banco. Requerimos inmediatez, facilidad de uso, agilidad y operativa en cualquier momento y en cualquier lugar.

El uso de las nuevas tecnologías es clave en banca para fidelizar a un cliente cada vez más joven donde lo digital forma parte de su modo de vida y que busca instantaneidad en sus acciones. No obstante, la revolución digital arrastra al resto de ámbitos cotidianos, como la forma de hacer negocios, la garantía jurídica o la forma de comunicarnos.

Entidades como el Banco Santander y BBVA están colaborando en iniciativas para adaptar los procedimientos de identificación no presencial al nuevo marco jurídico del reglamento europeo eIDAS (en materia de Identificación Electrónica y Servicios de Confianza) y a la autorización del SEPBLAC, prioritarios para poder ofrecer la Contratación Digital con total garantía.
La aproximación al cliente se relanza con nuevas marcas más cercanas, como Self-Bank, ImaginBank o WiZink, totalmente digitales y que han hecho del mobile-thinking su punto de partida.

Los medios de pago que hacen del teléfono móvil su medio para realizar las operaciones más comunes entre clientes y estos con su banco -Halcash (retirada de efectivo sin necesidad de tarjeta en cajeros), CashBack (retirada de efectivo en establecimientos como supermercados y gasolineras), los wallet y por último la recién llegada Bizum que integra los pagos móviles y transferencias en una plataforma común para todos los bancos adscritos sin necesidad de operar con números de cuenta, tan solo con el número de teléfono.

Y los nuevos servicios como plataformas de tasación, buscadores de viajes, micro-seguros, etc., que aportan valor añadido para impulsar a los clásicos financieros, sirven como muestra de un proceso que no solo no tiene vuelta atrás sino que posiblemente nos depare una realidad cada vez más interconectada e interrelacionada. ¿El USC como “moneda global”, quizás?
 

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