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Como todos sabemos, Blockchain es una de las tecnologías que goza de mayor popularidad en la actualidad. Esto, por un lado, hace albergar muchas esperanzas en cuanto a las posibilidades de transformación digital que traerá de la mano, pero por otro, genera unas expectativas que en algunos casos suelen ser desmedidas, provocando que en las empresas u organismos que empiezan a adoptarlo, exista una cierta precipitación.

El problema se genera, debido a que los proyectos, o pruebas de concepto, se razonan desde una perspectiva tecnológica, en lugar de pensar en el negocio o la mejora de procesos. Esto ya lo hemos visto con anterioridad en otras tecnologías (por ejemplo big data), y se termina consiguiendo un efecto contrario al deseado: la implantación se hace más lenta, esos primeros proyectos no suelen ser satisfactorios y concluyen con una pérdida de confianza que hasta pasado un tiempo no se recupera.

La intención de escribir este artículo no es la de mostrar las bondades de esta tecnología (para eso ya existen infinidad de páginas), si no la de evitar, en la medida de lo posible, esos proyectos que no tienen un retorno de inversión definido. Para ello es importante tener claros algunos aspectos que nos ayudarán a tomar la decisión correcta de cara a aplicar Blockchain (o no):
  • Múltiples actores: Hay escenarios donde es deseable que existan diversas entidades capaces de interactuar y almacenar los datos de forma independiente (pero de manera sincronizada entre ellos). Si el sistema que se busca desarrollar tiene esta necesidad, entonces tal vez tenga sentido usar una cadena de bloques.
  • Confidencialidad: Este apartado no es sencillo, pues nos podremos encontrar diferentes tipologías de Blockchain (puramente públicas, privadas, permisionadas, etc.). Por este motivo, deberemos tener en cuenta que los nodos de una cadena de bloques almacenan la información de las diferentes transacciones realizadas desde que esta se creó y, además, existen múltiples réplicas de la misma utilizadas para verificar la validez de una transacción. En otras palabras, los nodos que poseen una réplica tienen acceso a la información ahí almacenada. Por tanto, si existen restricciones de confidencialidad que impliquen que la información no pueda estar replicada en varios nodos, es probable que la cadena de bloques no sea la mejor opción.
  • Rendimiento: Cuando hablamos de rendimiento nos referimos a dos conceptos: almacenamiento y capacidad de procesamiento. Y es que, a día de hoy, existen limitaciones claras en ambos aspectos (mayores o menores dependiendo de la tipología de red), por lo que debemos considerar previamente el volumen de información que vamos a manejar y el nivel de rendimiento (transacciones) que se requerirá.
  • Desconfianza: Relacionado con el primer aspecto (Múltiples actores) está el nivel de relación que existe entre los mismos, ya que si entre todos ellos existe una confianza plena (p.ej. pertenecen a un mismo grupo empresarial), quizá la utilización de una Blockchain no sea necesario (aunque sí posible), y existan otros mecanismos de transferencia y replicado más apropiados.
  • Inmutabilidad: Es uno de los grandes valores de la red, ya que de ella depende que la desconfianza hablada en el punto anterior sea resuelta, trasladando dicha característica a la propia red. Esta inmutabilidad, hace que fácilmente tengamos un histórico completamente trazable de la información.
Lógicamente, a la hora de determinar la mejor solución tecnológica, existe un mayor número de elementos a considerar, pero hacernos estas pequeñas consideraciones antes de lanzarnos a la ejecución de un proyecto de Blockchain, al menos, nos dará una visión más clara de qué podremos esperar de él, y del valor diferencial que conseguimos con respecto a otras tecnologías más tradicionales (y por otro lado más maduras y estables). Blockchain es una tecnología que aporta capacidades para la optimización de procesos y generación de nuevos modelos de negocio, pero, en gran medida, todos estamos aprendiendo y adaptándonos a su rápida evolución. Por tanto, cuanto mayor sea el número de proyectos de éxito que utilicen sus características, mayor y más rápida será la adopción e implantación a nivel global.

Podemos encontrar algunos ejemplos en el sector asegurador que sí están buscando esa aportación de valor, cumpliendo con las premisas antes descritas:
  • Cygnus: Red promovida por Tirea junto con las entidades Axa, Caser, Generali, Mapfre y Pelayo, y que se ha constituido como la primera red de Blockchain operativa en España para uso del sector asegurador en el ámbito del coaseguro. El objetivo es mejorar el proceso de intercambio de información de coaseguro entre las distintas entidades y explorar los beneficios derivados de la utilización de la nueva tecnología.
  • Evaluación de Riesgos: En Italia, las aseguradoras Generali Global Corporate & Commercial Italia, AIG y UnipolSai Assicurazioni junto a las corredurías de seguros Aon y Willis Towers Watson, han puesto en práctica en el mercado de seguros una innovadora solución basada en Blockchain para reducir ineficiencias y mejorar los servicios que ofrecen a sus clientes corporativos, creando una serie de estándares para la comunicación de datos y evaluar las tecnologías disponibles con el fin de automatizar el intercambio de datos y las autorizaciones, evitando así las ineficiencias operativas.
  • B3i (Blockchain Insurance Industry Initiative): Es una agrupación de aseguradoras y reaseguradoras formada para explorar el potencial de usar tecnologías Blockchain de registro distribuido en la industria. Con más de 40 miembros, busca ofrecer mejores soluciones para los consumidores finales a través de un acceso más rápido a los seguros con un menor coste administrativo.
Alberto Salamanca
Alberto Salamanca

Responsable del Departamento de Blockchain y del Área de Desarrollo Mobile de BABEL.

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