"Originales", cómo los inconformistas mueven el mundo

Adam Grant, joven y afamado profesor en The Wharton School de la Universidad de Pensilvania, dedica su último libro, recién publicado, a aquellas personas que son capaces de hacer que las cosas cambien actuando a contra corriente. Su título es Originals. How Non-Conformists Move the World ("Originales. Cómo los inconformistas mueven el mundo").
 
La explosión tecnológica que estamos viviendo, está haciendo que el exceso de uso devalúe conceptos como transformación, digitalización o cambio disruptivo.  Los cambios son disruptivos, solo al principio, cuando se producen por primera vez. Porque después, con el conocido método de innovar copiando ( el me too, "yo también"), ese cambio deja de ser diferencial:  y deja de ser disruptivo. La primera vez que pagamos el parking con una app, percibimos un cambio radical, pero a los meses ya lo vemos como natural, y más en una economía global que permite el despliegue acelerado de cualquier cambio. Hay tantos ejemplos de cosas que hoy vemos como normales y que empezaron siendo un cambio disruptivo, que ennumerarlas no sería posible en este blog.
 
En cualquier caso, lo importante no es ser disruptivo, sino provocar el cambio. En palabras del autor, mover el mundo.
 
El cambio en la actualidad está enmascarado por la tecnología, pero en el fondo, detalla Grant, se produce como consecuencia de la acción de los “originales”. Estos tienen las siguientes características, enumeradas por el autor:

• Tienen una pasión y viven su proyecto, no el de los demás
• Cuestionan el statu quo y el “poder establecido" y respaldado por modelos de éxito;
• Escapan del me too y actúan de forma diferente a la que se podría esperar
• Superan las opiniones contrarias y las objeciones del entorno de los que vivimos en "zonas de confort"
• Son perseverantes, resilientes, inagotables
• Y acaban arrastrando a los demás, impulsando el cambio, con su visión conceptual, de negocio, de pensamiento

Personajes como Steve Jobs, Amancio Ortega, Travis Kalanick o Daniel Ek han conseguido liderar el cambio en su entorno, pero no por ser tecnólogos, sino por ser “originales”. Por ser capaces de impulsar una idea y un sueño hasta el final, romper el statu quo y enfrentarse al pensamiento grupal.